El primer encuentro Ciberfeminista Internacional tuvo lugar en Kassel, Alemania, del 20 al 28 de septiembre de l997, formando parte del Hybrid Workspace de la Documenta X. Tras ocho días de duración y trabajo diario intenso con más de 30 participantes en este acto, Faith Wilding hace una reflexión sobre el significado de estos debates y de sus implicaciones tanto en los intentos de definir, como en los argumentos en contra de definir, el ciberfeminismo. Mientras estas discusiones y las posteriores on-line proporcionan un navegador a través del cual las prácticas posibles de un movimiento ciberfeminista llegan a ser visibles, especialmente a través de la lista de FACES, lo que le preocupa es la manera en que dichas políticas puedan ser trasladadas a la práctica para una política ciberfeminista comprometida en la Red.
Contra la definición
La pregunta de cómo definir el ciberfeminismo se encuentra en el centro de las posiciones contemporáneas, a menudo contradictorias, de las mujeres que trabajan con las nuevas tecnologías y las políticas feministas. La posición de Sadie Plant sobre el ciberfeminismo, por ejemplo, se ha identificado como una "insurrección absolutamente post-humana - la revuelta de un sistema emergente que incluye a las mujeres y los ordenadores, en contra de la opinión mundial y la realidad material de un patriarcado que sigue intentando dominarlos. Esta es una alianza de 'los bienes' contra sus dueños, una alianza entre mujeres y máquinas " (1). Esta visión utópica de la revuelta y la fusión entre la mujer y la máquina también queda patente en el Manifiesto Ciberfeminista para el siglo XXI de VNS Matrix: "somos el virus del nuevo desorden mundial /reventando lo simbólico desde dentro /saboteadoras del ordenador central del gran papá /el clítoris es una línea directa a la matriz..."(2) Rosi Braidotti ofrece otra visión de este debate: "....el ciberfeminismo requiere cultivar una cultura de alegría y afirmación....Hoy en día las mujeres tienen que emprender el viaje a través del ciberespacio, aunque sólo sea para asegurarse de que los joy-stick de los cowboys del ciberespacio no reproducirán una falacia unívoca bajo la máscara de la multiplicidad...."(3)
El informe de prensa que se emitió durante los debates ciberfeministas en Kassel declaró que: "El primer encuentro CIBERFEMINISTA INTERNACIONAL esquiva las trampas de la definición con diferentes actitudes hacia el arte, la cultura, la teoría, la política, la comunicación y la tecnología-el territorio de Internet." Extrañamente, lo que surgió de estos debates fue un intento de definir el ciberfeminismo por rechazo, patente no sólo en la intensidad de los argumentos, sino también en las cien antítesis realizadas allí - por ejemplo: "el ciberfeminismo no es una declaración de moda / sajbrfeminizm nije usamljen/el ciberfeminismo no es una ideología, sino un navegador /cyberfeminismus ist keine theorie/el ciberfeminismo no es una frontera/(4)..." No obstante, las razones proporcionadas por aquellas que se negaron a definir el ciberfeminismo - aunque se llamaran a sí mismas ciberfeministas- indican una profunda ambivalencia en la relación de lo que ellas, las muchas mujeres conectadas al uso de la Red, perciben como historia, teoría y práctica monumental del feminismo del pasado. Tres manifestaciones principales de esta ambivalencia y su relevancia en relación a las condiciones contemporáneas con que se enfrentan las mujeres relacionadas con la tecnología requieren un examen más detallado.
1. El rechazo del feminismo "de la vieja escuela" (década de los setenta).
Según esta polémica, el feminismo "de la vieja escuela" (década de los '70) se caracteriza por su naturaleza monumental, a menudo constrictivo (políticamente correcto), que induce a la culpabilidad, esencialista, anti- tecnología, anti-sexo, y no relevante para las circunstancias de las mujeres en las nuevas tecnologías (a juzgar por los debates de Kassel, este concepto es común en los EE.UU. y en Europa occidental). Irónicamente, en la práctica real el ciberfeminismo ya ha adoptado muchas de las estrategias de los movimientos de vanguardia y feministas, incluyendo el separatismo estratégico (listas sólo para mujeres, grupos de autoayuda, grupos de chat, redes, y formación tecnológica de mujer a mujer), el análisis feminista cultural, social y la teoría del lenguaje, la creación de nuevas imágenes de mujeres en la Red para confrontar los estereotipos sexistas abundantes (avatares feministas, ciborgs, fusión de géneros), la crítica feminista en red, el esencialismo estratégico y un largo etcétera. El rechazo del feminismo histórico es problemático ya que consigue un objetivo pero destruye otro y se asocia incómodamente a los temores generalizados, los estereotipos y los falsos conceptos de feminismo.
¿Cómo es que tantas mujeres jóvenes (y hombres) en los EE.UU. (y en Europa) saben tan poco incluso acerca de las historias más recientes de las mujeres, ni qué decir de los movimientos feministas del pasado y sus filosofías? Es una tentación apuntar con el dedo a los sistemas educativos y a las instituciones que siguen tratando las historias de las mujeres y las de las poblaciones raciales y étnicas marginadas como si fueran anexas a la historia "normal", relegándolas a unos cursos o departamentos especializados. Pero los problemas subyacen en una capa aún más profunda. La tarea política de construir un movimiento es una pericia que se debe volver a aprender en cada generación, y requiere la ayuda de unas practicantes experimentadas. La lucha por mantener vivas las prácticas y las historias de resistencia hoy en día es más difícil teniendo en cuenta la cultura de consumo que prospera con las novedades, la velocidad, la obsolescencia, la evanescencia, la virtualidad, la simulación y las promesas utópicas de la tecnología. La cultura consumista siempre se mantiene joven y hace que hasta el pasado más reciente aparezca remoto y mítico. Mientras las mujeres jóvenes están a punto de entrar en la economía de la tecnología, muchas feministas mayores no están seguras de cómo tienen que considerar los temas de las mujeres que trabajan con la nueva tecnología, ni de cómo adaptar las estrategias de las feministas a las condiciones de la nueva cultura de la información. Por lo tanto, el problema para el ciberfeminismo es el de cómo incorporar las lecciones de historia en la política de las feministas activistas para tratar adecuadamente los temas de las mujeres en la cultura de la tecnología.
Obviamente el problema de perder conocimiento histórico y conexión activa con los movimientos radicales del pasado no se limita al feminismo -es endémico en los movimientos de la izquierda en general-. Cuando discuto sobre la importancia de conocer la historia no pretendo rendir un homenaje nostálgico a los momentos de un pasado glorioso. Si las ciberfeministas desean evitar los errores de las feministas del pasado, deben comprender la historia de la lucha feminista. Y si pretenden expansionar su influencia en la Red y negociar los temas de las diferencias más allá de los límites generacionales, económicos, educativos, raciales, nacionales, y experimentales, tienen que buscar coaliciones y alianzas con grupos diversos de mujeres relacionadas con el circuito integrado de las tecnologías globales. Al mismo tiempo, es igualmente importante una estrecha familiarización con los estudios post-coloniales y con las historias de la dominación imperialista y colonialista -y la resistencia a ellos - para una práctica informada de las políticas ciberfeministas.
2. Cibernena-ismo.
A juzgar mediante una rápida ojeada por la Red, una de las rebeliones más populares del feminismo que actualmente practican las mujeres en la Red es el "cibernena-ismo" con todas sus permutaciones: "webnenas", "nenas motín", "nenas guerrilla", "nenas malas", etc. Como ha señalado Rosi Braidotti (5), entre otras, la tarea a menudo irónica, paródica, humorística, apasionada, enfadada o agresiva de muchos de estos grupos recientes de "nenas" es la manifestación importante de unas nuevas representaciones femeninas subjetivas y culturales en el ciberespacio. Actualmente hay una amplia selección de articulaciones de prácticas feministas y protofeministas en estos 'grupos' diversos que van desde las listas de correo de chat en los que "cualquier persona hembra puede apuntarse " a los de ciencia-ficción, ciberpunk, y femporn magazines; proyectos de anti-discriminación; exhibicionismo sexual; experimentación transgénero; separatismo lésbico; autoayuda médica; autopromoción artística; servicios de empleo y de citas; o simplemente un sitio para airear las quejas. En general el Cibernena-ismo parece suscribirse a una cierta dosis de actitud utópica de la red: "cualquier cosa que quieras ser y hacer en el ciberespacio, mola". A pesar de las quejas contra los hombres en general, que dominan algunos debates y sitios web, la mayoría de las cibernenas no parecen estar interesadas en comprometerse en una crítica política de la posición de las mujeres en la Red - en lugar de esto adoptan un tipo de actitud algo anti-teórica que parece dominar la Red últimamente; preferirían expresar sus ideas directamente a través de su arte y de las prácticas interactivas.
Mientras las cibernenas a veces utilizan (ya sea consciente o inconscientemente) los análisis feministas de las representaciones en los medios de comunicación de la mujer -y las estrategias y la obra de muchas artistas feministas-también a menudo se apropian de las imágenes sexistas y estereotipadas de la mujer de los medios de comunicación populares y sin pensar las vuelven a poner en circulación -la "muñeca" del gangster, la hembra ciborg libidinosa, y la tira del cómic de los años 50 de Tupperware son los favoritos-sin ningún análisis o recontextualización crítica. La creación de imágenes más positivas y complejas de mujeres que rompan los moldes de los códigos de género que dominan en la Red (y en los medios populares) requiere muchas cabezas inteligentes, y existe una profunda y sugerente investigación desde el feminismo, que va desde los ciborgs monstruosos de Haraway, la performatividad de los géneros de Judith Butler, hasta los géneros recombinantes de Octavia Butler. Todo tipo de seres híbridos que pueden alterar el viejo binomio masculino/femenino.
Las distintas trayectorias del cibernena son importantes como vectores de estudio, investigación, invención, y afirmación. Pero no pueden reemplazar el trabajo duro que se requiere para identificar y modificar las estructuras de género, de contenido y de los efectos de las nuevas tecnologías sobre la mujer a nivel mundial. Si es cierto que, como argumenta Sadie Plant, "el papel de las mujeres en la aparición de las máquinas digitales no ha sido poco relevante.... [ya que] han sido las mujeres las simuladoras, ensambladoras y programadoras de las máquinas digitales, (6)"¿por qué entonces hay tan pocas mujeres en puestos visibles de liderazgo en el mundo de la electrónica? ¿Por qué las mujeres representan un porcentaje tan pequeño de los programadores informáticos, diseñadores de software, analistas de sistemas, y hackers, si son ellas la mayor parte de los tecleadores, ensambladores de chips, instaladores y teleoperadores sin formación que mantienen en funcionamiento los datos globales y los bancos de datos? ¿Por qué persiste la percepción popular de que las mujeres son tecnofóbicas? Lamentablemente, la lección de Ada Lovelace es que a pesar de que sean las mujeres las que más han contribuido al invento de los ordenadores y a su programación, ello no ha hecho cambiar la percepción --o la realidad-de la condición de la mujer en las nuevas tecnologías. Pasar por chicas malas en Internet por sí sólo no va a desafiar el status quo, pero podría proporcionar unos momentos refrescantes de delirio iconoclasta. Pero si se uniera la energía y la invención de las nenas a la teoría y la práctica de la política comprometida.....¡Imaginaros!
¡Imaginaros a las teóricas ciberfeministas uniéndose a las net.artistas más lanzadas y astutas de la Red para visualizar nuevas representaciones femeninas de los cuerpos, lenguajes y subjetividades en el ciberespacio! Actualmente (en los EE.UU.) existe poca colaboración entre las profesoras teóricas feministas, artistas feministas y la cultura popular de mujeres en la Red. ¿Qué sucedería si estos grupos trabajasen conjuntamente para visualizar e interpretar unas teorías nuevas, haciéndolas circular de una forma popular y accesible? Imaginaros que utilizáramos las redes electrónicas existentes para conectar los diferentes grupos de usuarias de ordenadores (incluidas las teletrabajadoras y las programadoras teclistas (keystrokers)) en un intercambio de información sobre sus condiciones de trabajo día a día y de sus vidas en la Red; imaginaros que utilizáramos esta red de información como una base de acción para tratar los temas de las trabajadoras digitales en la reestructuración global del empleo. Dichos proyectos podrían unir tanto las aspiraciones utópicas como las políticas del ciberfeminismo.
3. Utopismo en la Red.
Como se ha constatado en un ensayo anterior sobre la condición política del ciberfeminismo, queda mucho por decir antes de poder considerar el ciberfeminismo como una nueva ola prometedora de práctica del feminismo que pueda disputarse los territorios tecnológicamente complejos y trazar un nuevo camino para las mujeres (7). Pero existe la tendencia entre buena parte de las ciberfeministas, para satisfacer las expectativas tecno-utópicas, a creer que los nuevos medios electrónicos ofrecerán a las mujeres un nuevo comienzo para crear nuevos lenguajes, programas, plataformas, imágenes, identidades fluidas y definiciones de multi-sujetos en el ciberespacio; que las mujeres, de hecho, puedan recodificar, rediseñar, y reprogramar la tecnología de la información para ayudar a cambiar la condición femenina. Este utopismo defiende que el ciberespacio sea un espacio libre donde el género no importe -puedes ser lo que quieras sin tener en cuenta tu edad, sexo, raza o posición económica "reales" -y que rechace una posición del sujeto fijo. Dicho de otra manera, el ciberespacio se considera una arena inherentemente libre de las mismas viejas relaciones y luchas entre géneros. Sin embargo, es crucial que se reconozca que los nuevos medios existen dentro de un marco social que ya está establecido dentro de sus prácticas y encarnado en unos entornos económicos, políticos, y culturales que siguen siendo profundamente sexistas y racistas. A diferencia de los sueños de muchos utópicos de la Red, ésta no borra automáticamente las jerarquías a través de los intercambios libres de información traspasando los límites. Además, la Red no es una utopía sin género; ya está grabado socialmente en cuanto a cuerpos, sexo, edad, economía, clase social y raza. A pesar de las contribuciones indiscutiblemente innovadoras por parte de las mujeres en la invención y el desarrollo de la tecnología informática, el Internet de hoy en día es una zona disputada que se originó históricamente como un sistema para proporcionar ayuda a las tecnologías de guerra, y actualmente forma parte de las instituciones machistas. Cualquier nueva posibilidad que se imagine en la Red deberá antes admitir y tener en cuenta las implicaciones de sus formaciones fundadoras así como las condiciones políticas actuales. Evidentemente, es un acto radical introducir la palabra feminismo en el ciberespacio, e intentar interrumpir el curso de los códigos masculinos declarando valientemente la intención de mestizar, hibridar, provocar y perturbar el orden masculino de las cosas en el entorno de la Red. Históricamente, el feminismo siempre ha implicado unas perturbaciones peligrosas, actos encubiertos y manifiestamente abiertos, y la guerra declarada a las creencias, tradiciones y estructuras sociales patriarcales -y ha ofrecido unas visiones utópicas de un mundo sin roles de género. Un ciberfeminismo políticamente inteligente y a favor de las minorías, utilizando la sabiduría aprendida de las luchas anteriores, podrá modelar una política desenvuelta y perturbadora con el objetivo de deconstruir las condiciones patriarcales que actualmente elaboran los códigos, los lenguajes, las imágenes y las estructuras de la Red.
La definición como estrategia política
Enlazando los términos "ciber" y "feminismo" se crea una nueva formación crucial en la historia del/os feminismo(s) y de los medios de comunicación electrónicos. Cada parte del término modifica necesariamente el significado del otro. "Feminismo" (o más correctamente, "feminismos") ha sido entendido como un movimiento histórico--y contemporáneo--transnacional para la justicia y la libertad de la mujer, que depende de la participación de las activistas vinculadas a grupos locales, nacionales e internacionales conectados entre sí (8). Se centra en las condiciones materiales, políticas, emocionales, sexuales y psíquicas que se derivan de la estructuración social diferenciada de las mujeres y los roles de género. Si unimos esto a "ciber," que significa dirigir, gobernar, controlar, podemos imaginar la posibilidad inmensa del feminismo al timón electrónico. Los CiberfeminismoS podrían imaginar maneras de conectar las prácticas históricas y filosóficas del feminismo con los proyectos contemporáneos y las redes tanto dentro como fuera de la Red, y con las vidas materiales y experiencias de las mujeres en el circuito integrado, teniendo muy en cuenta la edad, la raza, la clase y las diferencias económicas. Si el feminismo tiene que estar a la altura de su ciberpotencial, debe transformarse para mantenerse al nivel de la complejidad cambiante de las realidades sociales y de las condiciones de vida que hemos visto cambiar ante el impacto profundo que las comunicaciones y la tecnociencia tienen en nuestras vidas.
Aunque el rechazo de la definición parezca una táctica atractiva, sin jerarquías y contra la identidad, en realidad se lo servimos en bandeja a aquellos que preferirían un quietismo en la Red: Dad a unas cuantas mujeres afortunadas unos ordenadores con que jugar y se callarán, dejarán de quejarse. Frente a esta actitud las ciberfeministas deberán ser muy cautelosas y críticas. El acceso a Internet aún sigue siendo un privilegio, y de ninguna manera deberá considerarse un derecho universal (ni siquiera esto sería necesariamente útil ni deseable para todos). Mientras que el marketing genial del consumismo ha tenido éxito en hacer que ser propietario de un PC parezca tan imperativo como disponer de un teléfono, los ordenadores son de hecho herramientas poderosas que pueden proporcionar a su poseedor una ventaja política (el ordenador personal es el ordenador político). Si la Red es cada vez más el canal a través del cual muchas personas (de las naciones superdesarrolladas) obtienen la mayor parte de su información, entonces importa mucho cómo participen las mujeres en la programación, en fijar las políticas, así como en las formaciones del contenido de la Red, ya que hace falta contextualizar la información que se obtiene de la Red tanto por parte del receptor como por parte del remitente. En Internet, el feminismo dispone de un nuevo público transnacional que necesita educarse en su historia y en sus condiciones contemporáneas desde el momento en que predominan en los diferentes países. Para muchos, el ciberfeminismo podría ser el punto de entrada al discurso y al activismo feministas. Aunque hay una gran cantidad de información sobre el feminismo disponible en la Red -y nuevos sitios web se abren constantemente -hace falta recordar que cuanto más se contextualice políticamente esta información, y se enlace a las prácticas, al activismo y a las condiciones de la vida cotidiana, más probabilidades hay de que sea efectiva para ayudar a conectar y a movilizar a la gente (9). Un ejemplo potente se encuentra en la Red Zamir (Zamir "por la paz ") de la BBS y el e-mail que se creó tras estallar la guerra civil en Yugoslavia en l99l para poner en contacto a los activistas de la paz en Croacia, Serbia, Eslovenia y Bosnia a través de las fronteras vía ordenadores host de Alemania. Se trata de que los ordenadores son algo más que herramientas juguetonas, juegos de consumismo o máquinas personales de placer -son las herramientas del propietario, y tienen significados y usos muy diferentes para diferentes poblaciones. Harán falta unos pilotos muy astutos para navegar por estos canales.
Aunque las ciberfeministas desean evitar los errores perjudiciales de la exclusión, la lesbofobia, la corrección política y el racismo, que en algunas ocasiones formaron parte del pensamiento feminista en el pasado, el conocimiento, la experiencia y el análisis feministas y sus estrategias acumuladas hasta ahora son cruciales para que su trabajo pueda seguir adelante. Si el objetivo es crear una política feminista en la Red y dar poder a las mujeres, entonces las ciberfeministas deberán reinterpretar y transponer los análisis, las criticas, las estrategias y la experiencia feminista para confrontar y refutar las nuevas condiciones, las nuevas tecnologías, y las nuevas formaciones. La (auto)definición puede ser una propiedad emergente que surja de la práctica y cambie con los movimientos de deseo y acción. La definición puede ser fluida y afirmativa-una declaración de estrategias, acciones, y objetivos. Se puede crear una solidaridad crucial en el hogar de la diferencia -la solidaridad, más que la unidad o el consenso-la solidaridad como base para una acción política efectiva.
Las ciberfeministas tienen demasiado que perder para alejarse asustadas de las duras y estratégicas acciones de la política por miedo a las discusiones, la ideología y las diferencias políticas. Si yo prefiriera ser una ciberfeminista en lugar de una diosa, mejor será que sepa el porqué, y que esté preparada para dar una razón.
Una célula ciberfeminista
¿Cómo pueden organizarse las ciberfeministas para trabajar para un entorno político, feminista y cultural en la Red? ¿Cuáles son las distintas áreas de la investigación y actividad feministas en la Red que ya están empezando a emerger como prácticas ciberfeministas? El primer encuentro de Internacional Ciberfeminista (CI) en Kassel sirve como ejemplo de la organiz(m)ación feminista en la Red.
La responsabilidad de la organización de los días de trabajo del CI la asumió OBN (Old Boys Network)-un grupo formado para tal fin de unas seis mujeres -con consultas on-line con todas las participantes. Gracias a las comunicaciones on-line entre el comité de las OBN y las participantes, las relaciones de trabajo en colaboración así como el contenido de las reuniones ya se había establecido antes del momento en que se reunieron las participantes cara a cara en Kassel. Participó en el CI un grupo variado y cambiante de más de treinta mujeres (autoseleccionadas mediante una invitación abierta a las socias de la FACES listserv, [con un grupo central de unas diez]).
Desde el primer día este proceso de colaboración -una forma que recombina los procesos de grupos de feministas, autoorganización anárquica, y un comité rotativo- se desarrolló entre mujeres de más de ocho países y de entornos económicos, étnicos, profesionales y políticos diferentes. Cada día empezaba con una reunión de las participantes en el Hybrid Workspace para trabajar en grupos divididos por tareas (textos, prensa, técnica, fiesta de clausura, etc.) y para organizar el programa público del día. A esto siguieron tres horas de conferencias y presentaciones públicas para el público de Documenta. A continuación, el grupo cerrado se reunió de nuevo para cenar y comentar temas como la definición del cyberfeminismo, los objetivos de los grupos y las acciones y los planes para el futuro. Se dividió el trabajo según la inclinación y la pericia de cada una; no había una lista de deberes y no hubo ningún pensamiento preconcebido de que todas trabajasen la misma cantidad de horas. Los horarios flexibles permitieron la convivencia, actos espontáneos, puestas en común y tiempo personal. La conexión constante entre las participantes al FACES listserv se mantuvo electrónicamente. Prácticamente todas las actividades de grupo quedaron grabadas en video, grabadora de audio y fotografía. Los equipos personales de informática de las participantes se montaron en el espacio abierto para el trabajo/reuniones y la mayoría de las conferencias se acompañaron con unas imágenes proyectadas de los sitios web de las conferenciantes. Una participante enseñó al grupo a montar las conexiones de CU_SeeMe_ y después continuó participando de forma virtual porque se tuvo que marchar; y dos rusas que intentaban unirse al CI en Kassel, enviaron por fax un diario de su viaje ilegal mientras pasaban de un país a otro para evitar problemas con sus visados. Así pues, hubo una interacción interesante entre lo virtual y la presencia en vivo. Las interacciones cara a cara fueron vividas de forma mucho más intensa y vigorosa que las comunicaciones virtuales, y forjaron diferentes grados de afinidad entre individuos y subgrupos, y a la vez hicieron que todas las diferencias fueran más palpables. El brainstorming y las acciones espontáneas parecían producirse más fácilmente en las reuniones cara a cara. La oportunidad de las sesiones inmediatas de preguntas y respuestas y los debates después de las conferencias también permitieron unos intercambios más íntimos y exploratorios de lo que suele ser posible a través de la comunicación on-line. Y lo que es más importante, todas las presentaciones, la formación práctica y las discusiones tuvieron lugar en un contexto de debate intenso sobre feminismo, lo que provocó una consciencia constante de la relación vivida de las mujeres con la tecnología.
La gran variedad de contenido presentado en conferencias, proyectos web y talleres trató muchos de los temas de último momento que conciernen al ciberfeminismo: la teorías de la visualización de la diferencia entre los sexos en la Red; las autorrepresentaciones digitales de las mujeres online como avatares y cuerpos de datos; análisis de las representaciones de género, sitios web con sexo, cibersexo, y porno femenino; las estrategias de la fusión de géneros y la hibridez para combatir lo estereotipado, el esencialismo, y las representaciones sexistas de las mujeres; el feminismo como un "navegador"; los peligros del deseo fetichista por la información y la paranoia que han creado las nuevas tecnologías; la diseminación del conocimiento sobre la mujer a través de la historia; los estudios de las diferencias entre las mujeres y los hombres programadores y hackers; un examen de las estrategias del arte electrónico feminista; los modelos feministas de la educación tecnológica; los temas de salud de las mujeres en la Red; y un debate sobre cómo organizar y apoyar unos proyectos de interrelaciones entre feministas en diferentes países (10).
Las mayores victorias de los debates del CI fueron la confianza, la amistad, una comprensión y una tolerancia más profunda de las diferencias; la habilidad de celebrar unos debates sobre unos temas controvertidos y divisorios sin una ruptura del grupo; y una educación mutua sobre los temas de las mujeres inmersas en la tecnología, además de una comprensión más clara del territorio para la invención ciberfeminista. Aunque el CI no consiguió una lista formal de los objetivos, actos y planes concretos, conseguimos un acuerdo general en referencia a las áreas que requieren trabajo y estudio adicionales. Una preocupación continua es cómo hacer que el ciberfeminismo sea más visible y efectivo para llegar a las diferentes poblaciones de las mujeres que utilizan la tecnología. Las opciones que debatimos incluían la creación de un buscador ciberfeminista capaz de enlazar páginas web feministas estratégicas; informes según cada país sobre las actividades de la Red y la ciberorganización para las mujeres; la formación de coaliciones con mujeres técnicos, programadoras, científicas y hackers para enlazar la teoría feminista en la Red, los contenidos y la práctica con la investigación e inventos tecnológicos; los proyectos de educación (tanto para hombres como para mujeres) en la tecnología, programación y diseño de software y hardware, que trataría de las construcciones tradicionales de los géneros y los prejuicios basados en la tecnología; y estudios adicionales sobre cómo la reestructuración global continua de la labor de las mujeres es un resultado de los cambios omnipresentes introducidos por la tecnología informática.
El "(Ciber)Feminismo como un navegador para ver la vida." (11)
Si las ciberfeministas sienten el deseo de investigar, teorizar, trabajar de forma práctica y evidenciar cómo afectan a las mujeres (y a otros colectivos) de todo el mundo las nuevas tecnologías de la comunicación, tecnociencia y la dominación de las redes globales de comunicaciones, deberán empezar por formular de una forma clara los objetivos políticos del ciberfeminismo y sus posiciones. Las ciberfeministas tienen la oportunidad de crear unas nuevas formulaciones de la teoría y práctica feministas que dirijan las nuevas y complejas condiciones sociales, culturales y económicas que las tecnologías globales han creado. Los usos estratégica y políticamente inteligentes de estas tecnologías pueden facilitar la tarea de un movimiento transnacional que busca infiltrarse y asaltar la redes del poder y la comunicación a través de proyectos de solidaridad, educación, libertad, visión y resistencia activista-feminista. Para que resulte efectivo crear un entorno feminista politizado en la Red que desafíe las estructuras actuales de género, raza, edad y clase, las ciberfeministas tienen que recurrir a los estudios y estrategias de la historia vanguardista de las feministas y sus críticas del patriarcado institucionalizado. Al tiempo que declaran las nuevas posibilidades para las mujeres en el ciberespacio, las ciberfeministas deben criticar las construcciones utópicas y míticas de la Red, y deben esforzarse para trabajar con otros grupos de resistencia en la Red en coaliciones de activistas. Las ciberfeministas tienen que declarar su solidaridad con las iniciativas feministas y post-coloniales transnacionales, y trabajar para utilizar su acceso a las tecnologías de la comunicación y redes electrónicas para apoyar dichas iniciativas.
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NOTAS
1. Caroline Bassett, "With a Little Help from Our (New) Friends?" mute, Agosto l997, 46-49.
2. VNS Matrix webpage: [sysx.apana.org.au/artists/vns/]
3. Rosi Braidotti, "Cyberfeminism with a difference." [www.let.ruu.nl/womens_studies/rosi/cyberfem.htm]
4. Las cien antítesis completas se encuentran en Old Boys Network [http://www.icf.de/obn]
5. Braidotti. Ibid.
6. Sadie Plant, Zeros + Ones: Digital Women + the New Technocultures. Nueva York: Doubleday, l997. p. 37
7. Faith Wilding y el Critical Art Ensemble, "Notes on the Political Condition of Cyberfeminism."[http://mailer.fsu.edu/~sbarnes]
8. Utilizar el término "feminismo" es muy distinto a utilizar el término "mujeres"-sin embargo tal vez habría que considerar el uso del término "cibermujerismo," que reconoce la crítica del feminismo blanco racista tan acertada que realizó Audrey Lorde, Alice Walker, bell hooks, y otras.
9. Véase, por ejemplo, la lista de las 1.000 páginas web de feministas o relacionadas con mujeres en el libro de Shana Penn, The Women's Guide to The Wired World. Nueva York: Feminist Press, l997.
10. Para una información más amplía sobre el primer encuentro de Cyberfeminist International y las ponencias véase [http://www.icf.de/obn]
11. Alla Mitrofanova, la presentación del primer encuentro de Cyberfeminist International en Kassel, Septiembre l997.
(Faith Wilding, una participante fundadora del movimiento de arte feminista, es una artista multi-media, escritora y activista-feminista que actualmente reside en Pittsburgh, EE.UU.)
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Traductores: Raymond Lang y Sílvia Garriga.
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